Fecha: 13/10/2016

La ONCE colabora en una investigación de la Cátedra de Investigación Bidons Egara de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche cuyo objetivo es diseñar un nuevo sistema que en el futuro permita a las personas ciegas o con baja visión residual mejorar su movilidad e incluso, de una forma más ambiciosa, percibir el entorno que les rodea y orientarse en él. Eduardo Fernández Jover, director del Grupo de Neuroingeniería Biomédica de la UMH, lidera este estudio, en el que también están colaborando el Hospital IMED Elche, la Unidad de Neuroftalmología del Hospital Vega Baja de Orihuela y el Instituto de la Macula del Centro Médico Teknon.

Una neuroprótesis visual es básicamente un dispositivo capaz de crear o inducir percepciones visuales mediante la estimulación de cualquier parte de la vía visual, desde la retina al cerebro. Aunque actualmente ya existen algunos dispositivos diseñados para implantarse a nivel de la retina como ARGUS II®, IRIS® o Retina Implant AG®, no hay que olvidar que estos solo pueden llegar a ser útiles para alteraciones que afecten exclusivamente a las capas más externas de la retina. Estas patologías representan menos de un 2,5% de todos los casos de ceguera, por lo tanto existen muchas personas que ya tienen degeneraciones muy avanzadas de la retina o que son ciegas a consecuencia de otras patologías como por ejemplo la retinopatía diabética, el glaucoma o la lesión de los nervios ópticos para las que no existen tratamientos médicos o dispositivos de ayuda útiles.

En este contexto, el principal reto a largo plazo de esta investigación es el desarrollo de una neuroprótesis visual, basada en una matriz de microelectrodos con un tamaño inferior a una uña que será implantada a nivel de la parte del cerebro que procesa la visión. El dispositivo completo constará de una pequeña retina artificial bioinspirada situada en unas gafas de estética atractiva que se encargará de captar el campo visual situado enfrente del sujeto, un sistema externo de procesamiento de la información y la matriz de microelectrodos intracorticales.

Aunque todavía se trata de una fase preliminar de esta investigación, este tipo de dispositivo podría ayudar a proporcionar una visión limitada pero útil del entorno, especialmente para tareas tales como orientación y movilidad, lectura de caracteres grandes, etc. El proyecto también implica el estudio de las modificaciones que tienen lugar en el cerebro de los sujetos ciegos como consecuencia de su adaptación a la perdida de visión y el desarrollo de estudios que permitan conocer con antelación cuales podrían ser los mejores candidatos para esta nueva aproximación terapéutica.

El proyecto se fundamenta en la colaboración multidisciplinar de investigadores básicos y clínicos, con experiencia en neurobiología, neuro-oftalmología y neuroingeniería y tiene un importante valor añadido que queda reflejado en sus ambiciosos objetivos.

La ONCE con la investigación

Entre los diversos servicios y actividades que desarrolla la ONCE para poder cumplir su misión social, destaca su compromiso por impulsar la I+D+I en materia de ceguera y deficiencia visual, mediante su colaboración en proyectos de investigación relacionados con aquellas patologías oftalmológicas que con más frecuencia son causa de ceguera total o parcial. Con estas colaboraciones, la ONCE pretende estimular el conocimiento científico más avanzado e innovador sobre la ceguera y deficiencia visual, a fin de fomentar su prevención y el desarrollo de terapias efectivas.

Es una forma más de devolver a la sociedad la inversión solidaria que miles de ciudadanos realizan cada día con la compra de los diferentes productos de juego de la ONCE.

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