Dos montañeros ciegos y uno sordo,  en la primera expedición inclusiva mundial al ‘Pico de Julio Verne’ de Islandia  

Del 8 al 13 de junio, con ascensión al estratovolcán Snaefellsjökull (1.446 m)

Fecha: 05/06/2025
Entrenamiento con barra direccional

Dos montañeros ciegos y uno sordo formarán parte de la primera expedición inclusiva mundial que tratará de coronar el estratovolcán Snaefellsjökull, también conocido como el “Pico de Julio Verne”, de 1.446 metros y situado al suroeste de Islandia.

La expedición es la culminación del V Curso Superior de Montañismo para Ciegos y Adaptado de Proyecto EIDÓS (Educación, Inclusión, Deporte, Ocio y Solidaridad), fundado por veteranos videntes, ciegos y sordos del Grupo de Montaña de la ONCE de Madrid, que arrancó el pasado mes de diciembre.

El objetivo de esta iniciativa, compuesta por 18 alpinistas, es que los alumnos del curso convivan en las mismas condiciones que se dan en cualquier campo base y se formen en las técnicas de progresión por glaciar en combinación con la barra direccional, medidas de autoprotección y prácticas de rescate en terreno nevado.

Esta montaña, hasta ahora no coronada por un grupo de montañismo para ciegos, tiene un terreno complicado mixto de lava solidificada y musgos en su parte baja y media, nieve (en temporada), y glaciar en la cumbre. A medida que se asciende, el mundo que se deja atrás parece desvanecerse: la civilización queda relegada a un recuerdo lejano, y solo la inmensidad del Atlántico y la silueta del glaciar acompañan en la travesía.

Entrenamiento con barras direccionalesPronto, el terreno volcánico cede su lugar a las primeras lenguas de hielo resplandeciente donde comenzará el verdadero desafío: el glaciar del Snæfellsjökull, un reino de hielo y viento donde cada paso es un recordatorio de la inmensidad de la naturaleza. La conquista de la cumbre exige, pues, a partir de este momento, el uso de encordamiento, crampones y piolets.

La ascensión comenzará en el camping del pueblo Arnarstapi, al borde del Océano Atlántico. Desde aquí, el desnivel positivo (de ascenso) y negativo (de descenso) es exigente: unos 1.430 metros. La distancia total (ida y vuelta) es de unos 16 o 18 kilómetros dependiendo de la ruta exacta. El tiempo estimado de ascenso es de 6-8 horas, y el de descenso de 3-4 horas.

Al margen de los dos montañeros ciegos, entre los expedicionarios participarán también un montañero sordo y quince personas más entre profesores, instructores y guías voluntarios. La iniciativa está capitaneada por Francisco Javier Bueno Sequera, director docente del curso.

En las dos primeras ediciones, celebradas en 2017 y 2018 se alcanzó la cima más alta de Alpes Escandinavos y de Noruega a la vez, el monte Galdhøpiggen (2469 m s. n. m.), cumbre que se lograba por primera vez en la historia por un grupo de montañismo para ciegos.

En la tercera edición se alcanzó la cumbre de la Aiguille de la Grande Sassière (Alpes Graianos, Francia), de 3.751 metros, la más elevada realizada en estos cursos, aunque la altitud no es uno de los retos buscados en esta formación.

La cuarta edición coronó el pico Sker (749 m s. n. m.), en el sur de Islandia, y se adentró en el borde del glaciar Mýrdalsjökull, que cubre el gran volcán activo Katla.

Equipos con un guía, una persona ciega y una con discapacidad visual

Barras direccionales en pleno entrenamiento Los deportistas ciegos o con discapacidad visual practican la montaña en equipos de tres personas, unidos a una barra direccional, de entre 2,5 y 3 metros de longitud. Un guía vidente encabeza el equipo, seguido de una persona ciega total y completando la tripleta un deportista con discapacidad visual.

Dentro del deporte de montañismo hay un gran número de modalidades como la escalada, expediciones, carreras por montaña, etc. Con personas ciegas se han hecho pruebas y pequeñas experiencias en muchas de estas modalidades, pero el trabajo más desarrollado es con la “barra direccional” que sirve para actividades tanto de senderismo como para grandes expediciones.

Los equipos de deportistas ciegos compiten en categoría absoluta independientemente de su edad y género. Igualmente se programan la categoría femenina y la categoría veteranos. Para asignar la categoría a los equipos siempre se tiene como referencia únicamente la edad o género del deportista ciego total.

El actual modelo de programa deportivo lleva establecido en este formato varios años, buscando en la actualidad pasar de competir en pruebas exclusivas para ciegos, a participar en pruebas integradas con deportistas sin discapacidad, buscando un mayor grado de inclusión.

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